lunes, 28 de diciembre de 2009

aires de ayer, ecos de mañana

Y escuchar tus silencios rozando tu piel desnuda...
Y sentir tus palabras colgada de tu sonrisa...
Soñarte cada noche rozando mis manos...
A veces -sólo a veces- echo de menos tenerte junto a mí.
El sabor de tus labios, el olor de tu pelo, el tacto de tus caricias dibujando mi cuerpo.
Entonces imagino que nada ha cambiado, que aún sigues aquí, que aún puedo besarte y escuchar el latido de tu corazón, sonando junto al mío.

No hay comentarios:

Publicar un comentario