martes, 22 de febrero de 2011

40 grados a la sombra

   ¿Y si la mayor felicidad que has conocido fue una gran mentira?
   ¿Y si los que llamabas amigos también te hubieran hecho daño?
   ¿Y si llevas desde hace años estancada en el momento en que te arrancaron los sueños, ilusiones, esperanzas y fuerza de voluntad?

   Es cruel, ¿verdad?
   La gente es cruel; la vida es cruel. ¿Por qué ambas se empeñan en machacarte una y otra vez sin importarles que ya estés en el suelo… que lleves tiempo sin poder levantarte?

   Suplicas mentalmente y nada funciona, nadie te escucha.  Parece que te echan veneno cada vez que te hablan; que te apuñalan cada vez que te miran; que se burlan de ti cada vez que te sonríen.  
   Te reducen a la mínima expresión y  si tienes la necesidad de aferrarte a algo o a alguien porque nunca te han dado la oportunidad  -ni el tiempo suficiente- para hacerte fuerte… te destrozan.
   Minar la moral de alguien… perfecto para mantenerlo  con una cadenita al cuello para que no se aleje y tenerlo bajo control.

   Puedes probar a vivir escondida en lo más hondo de tu mente pero cuando bajas a la tierra las cosas son como un maldito día de agosto en Toledo a 40º a la sombra, asfixiantes.

   Sé que alejándome de todo conseguiría mejorar aunque fuera  solo un poco; pero ya olvidé hace tiempo que era eso de esforzarse y sacrificarse por algo, ya se me quitaron las ganas de luchar.  
   ¿Qué más da aquí o allí? Seguiré siendo un autentico desastre incapaz de nada en cualquier sitio.

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